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Asturias rescinde el convenio con León para limpiar las carreteras de nieve
Pepe Rodríguez. lne.es. Puerto de Leitariegos, Cangas del Narcea el 02-02-2012, 10:28 (UTC)
 Las máquinas quitanieves del Principado mantendrán transitables los puertos de Leitariegos y La Collada, hasta ahora responsabilidad leonesa.

El Principado de Asturias y la Diputación de León han roto el convenio por el cual ambos gobiernos habían acordado que la limpieza de nieve de los puertos de Leitareigos, en Cangas del Narcea, y La Collada, en Cerredo, correspondía a las máquinas de la Diputación.

El director general de Carreteras y Transportes Terrestres, Juan Miguel Llanos, informó en la mañana de ayer al alcalde de Cangas del Narcea, José Luis Fontaniella, de la cancelación del contrato entre la Diputación de León y el Principado de Asturias. A partir de ahora, según ha informado la Consejería de Fomento, será el Principado el encargado de mantener limpia la vertiente asturiana de las carreteras limítrofes con la provincia de León.

Fontaniella ha querido agradecer al Director General de Carreteras que haya atendido sus demandas y que haya ofrecido al concejo de Cangas del Narcea una solución. Además, el regidor cangués reconoce que «las múltiples reuniones y conversaciones que he mantenido con la Consejería de Fomento han dado su fruto y espero que con el envío de maquinaria por parte del Principado las tareas de limpieza de nieve se realicen con la máxima celeridad posible».

Este convenio se lleva aplicando desde hace varias décadas. En un principio, se llegó al acuerdo de que Asturias limpiase, con sus máquinas, la vertiente leonesa de Pajares, mientras que León haría lo propio en la vertiente asturiana de la zona suroccidental. Pero desde hace muchísimos años, los comerciantes, hosteleros, empresarios de turismo y vecinos de Degaña y de Cangas del Narcea han venido denunciando que las máquinas de León limpiaban su parte y sólo si sobraba tiempo se hacían cargo de la zona asturiana. Esto ha dado lugar a una queja perenne por parte de los vecinos afectados y a que sea vox populi que, si alguien quiere esquiar en la estación de Leitariegos, lo mejor es que se aloje en la zona leonesa ya que así no tendrá problemas para usar las carreteras.

Según ha informado la Consejería de Fomento, la ruptura del convenio se ha hecho de mutuo acuerdo. Tanto la Diputación de León como el gobierno del Principado creen que el acuerdo fue fruto de una época en la que se daban unas condiciones de escasez de maquinaria y ahora no tiene sentido.

No obstante, el Alcalde de Cangas del Narcea espera que el temporal que se avecina a partir de hoy y que se extenderá hasta el fin de semana demuestre que la solución es operativa. «Estoy contento, pero estamos esperando unas fuertes nevada y tendremos que ver cómo se comporta la maquinaria en este caso. Lo inadmisible era seguir en la misma tesitura», aseveró.

Fontaniella ha puesto de relieve el hecho de que el Gobierno del Principado haya tomado esta determinación a pesar de la convocatoria de elecciones anticipadas para el 25 de marzo, lo que podría entenderse como un motivo para dilatar la toma de decisiones. «Yo no tengo queja. Desde el día cero y creo que hasta el último, ellos se han comportado como gobierno y yo, como alcalde de mi concejo, sin que importaran los partidos políticos ni la situación general».

José Manuel «Pepo» Fernández, alcalde de Degaña, también ha valorado positivamente la ruptura de este acuerdo: «todas las mejoras me parecen buenas, eso es indudable, pero, nosotros, con que se limpie la carretera tenemos bastante, no nos importa mucho quién lo haga. Lo que sí es verdad es que nosotros siempre éramos los útlimos a los que se limpiaba la carretera y yo nunca había visto bien el convenio por eso», añadió.
 

La polémica taquilla del monte
Pepe RODRÍGUEZ lne.es el 03-01-2012, 10:25 (UTC)
 La hipótesis, puesta sobre la mesa a debate por el ex consejero de Agricultura Jesús Arango, que dice que los espacios protegidos como los parques naturales deben cobrar por las visitas para facilitar su gestión económica ha levantado polvareda entre los más cercanos al día a día de la vida en un parque natural o nacional en Asturias.

Jesús Barreiro es economista en la división de economía del desarrollo agrícola de la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura de la ONU) en Roma y doctor en Economía Ambiental. Ha trabajado ampliamente en temas de análisis económico de la biodiversidad y, en particular, de la gestión de espacios naturales protegidos, asunto sobre el que llegó a realizar una tesis. En opinión de Barreiro, «los parques naturales son patrimonio de la sociedad y, como tales, tienen funciones que benefician a todos y que deben ser financiadas entre todos. Pero hay otras funciones de un carácter mucho más individual, tipo el ocio de los visitantes, en las que no me parece mal que se puedan proponer este tipo de soluciones». Barreiro sitúa su reflexión en el contexto económico actual, de enorme crisis, «cuando tenemos el problema de que no hay recursos económicos suficientes tiene cierta lógica que se aplique el cobro en los servicios de los espacios naturales en los grupos de uso específico. Tiene bastante fundamento esta premisa como análisis económico».

De todas maneras, Barreiro también quiere dejar claro que el límite entre el bien público y el uso privado tiene ciertos límites que habría que definir antes de cobrar por ellos. «El uso recreativo de un parque natural puede contener un componente educativo, en educación ambiental en concreto, que hace difusa la línea entre lo público y lo privado. Es decir, si cobras por el uso recreativo, ¿no puedes llegar a excluir a colectivos que podrían llegar a un bien público como es la educación ambiental? Habría que delimitar muy bien ambos conceptos de uso».

Barreiro señala, asimismo, que «la mayor parte del presupuesto de los parques naturales no se la lleva el mantenimiento medioambiental, o un grupo de guardería que salvaguarde la biodiversidad o evite el deterioro del parque; la mayor parte del presupuesto se va en carteles, sendas, edificios, personas que atienden a los visitantes..., por lo que si consigues derivar parte del peso financiero de estas actividades con financiación de los usuarios estarías mejorando la gestión en dos vertientes: reducción de la necesidad de aportación general y posibilidad de dedicar más medios a la protección del espacio natural».

Guillermo Palomero es el presidente de la Fundación Oso Pardo (FOP). Esta organización está involucrada en el parque de Fuentes del Narcea desde dos ángulos diferentes: por su propia esencia de grupo ecologistas protector de los osos, uno de los grandes activos del espacio natural, y por ser propietarios de varios terrenos dentro de Fuentes del Narcea. Palomero considera: «Sí que está bien que se cobre, pero siempre precios populares. Es sano que se cobre por visitar las casas de los parques y también por el uso de los servicios». Sin embargo, Palomero quiere subrayar que «hablamos de visitar exposiciones o visitas guiadas, no de cobrar por ofrecer información o folletos, porque es una obligación del parque ofrecer información a todo el mundo. Para ponerlo en un ejemplo claro, creemos que se debería cobrar si se hace un libro, pero no por unos folletos». En ese sentido, el presidente de la FOP cree que es viable generar algunos ingresos extra por publicaciones como libros, por líneas de «merchandising», por visitas guiadas o por líneas de productos específicos de los parques. Pero dejando claro que «siempre con precios muy populares que nunca van a compensar el mantenimiento del parque; como mucho, van a ayudar un poco a aliviar el presupuesto. Lo que no se puede es asustar a los visitantes con precios altos, porque no estamos para tirar cohetes tampoco en ese sentido. Debemos tener como objetivo que acuda más gente a estos espacios y se les puede explicar que están contribuyendo al mantenimiento del parque natural con estas pequeñas aportaciones, pero no se les puede gravar en exceso». Palomero concluye diciendo: «Mantener la biodiversidad exige una gestión que puede ser ayudada en esta pequeña parte, pero nada más. La gestión importante permanecerá inalterable».

Magdalena Álvarez es la presidenta de la Asociación de Turismo Rural de Fuentes del Narcea. Para Álvarez hay prioridades más importantes que poner sobre la mesa en este debate: «Antes de pensar en estas cosas habría que poner el parque a funcionar, porque el hecho es que esto está completamente parado». Para la presidenta de Turismo Rural del suroccidente de Asturias, «hasta ahora la repercusión del parque natural sobre el turismo es muy escasa, porque es una figura que está sin desarrollar. Sigue siendo un espacio muy poco conocido a nivel turístico, incluso comparándolo con todos los demás de Asturias, y primero habrá que hacer un planteamiento más a fondo sobre el lugar, y luego ya se podrán hablar de otras ideas».

Adolfo Lana es el presidente de los hosteleros de Somiedo. Lana reflexiona: «No estaría mal que se comenzasen a plantear estas ideas. Hace tiempo que los visitantes van a las brañas, que es un patrimonio increíble, sin que se le saque verdadero partido. Creo que si se organizaran visitas guiadas, por ejemplo, darían lugar a recursos generados dentro del propio parque, lo cual es positivo para todos». Lana cree que la situación actual no es la más ideal, «se dan mapas, rutas, hay gente trabajando..., y no creo que deba ser así. La información y la documentación, que cuestan dinero, deberían cobrarse, como se hace en tantos sitios. Enseñar el patrimonio, los caminos reales, las rutas guiadas o subir a la gente a los lagos en todoterreno deberían ser otros servicios que pudiese ofrecer el parque y por los que se tendría que cobrar». Lana acaba señalando: «No se puede estar sin hacer cosas. Aquí tenemos grandes apellidos, como parque natural, Reserva de la Biosfera, patrimonio cultural, esa clase de grandes definiciones, pero lo que funciona es porque algunos locos lo propusimos en su día a título individual, y eso debería cambiar».

Simón López, presidente de la Asociación de Ganaderos de Somiedo, no es muy partidario de andar retocando el cobro en los parque naturales porque en su opinión: «El parque de Somiedo está bastante bien gestionado. Hay rutas guiadas que se cobran por la Fundación Oso Pardo, se cobran las visitas a los tres museos, se guía a grupos reducidos e, incluso, puedes salirte de la ruta en zonas de protección especial, van a hacer ahora una ruta de minusválidos..., no creo que haya que tocar cómo funcionan las cosas en ese sentido». Porque López cree que cuando se tocan los precios la gente siempre lo nota, «y lo que no podemos permitirnos es que deje de venir la gente. Cuanta más gente haya, mejor para todos. Entiendo que dependería del canon que quisiesen aplicar, pero está bien gestionado ahora mismo y yo no lo tocaría de momento».

Como presidente de los ganaderos de Somiedo, Simón López asegura que «el parque, tal y como está, nos beneficia porque nos llegan subvenciones, se nos permitió seguir con nuestras costumbres, como es llevar el ganado a los puertos y tener las vacas por los prados, algo en lo que los turistas no se meten. Es más, sin los ganaderos, la etnografía, las cabanas de teitos, no existirían y no vendrían los turistas a verlo, así que es obvio que estamos intrínsecamente relacionados y tenemos un interés importante en que todo funcione bien, de ahí que nuestra opinión sea que no se puede gravar en exceso a la gente que viene a Somiedo». Además, como pasa en otros lugares, muchos de los ganaderos compatibilizan su actividad con el sector turístico, pues han construido casas de aldea para turismo rural.

Jaime García, presidente de la Asociación de Empresarios de los Picos de Europa, Incatur, asumiría el cobro de una entrada, pero con tres condiciones: «Que haya inversión de lo que se recaude», que se ideen «mecanismos, ofrecer algo a cambio, una visita guiada de calidad y difundida, adaptada a todos los públicos» y, en tercer lugar, que «la parte implicada esté representada». García explica que «desarrollar el turismo en un espacio protegido es el condicionante número uno de la comarca, el gran atractivo y lo que mueve muchos visitantes. Incatur tiene como primer objetivo el desarrollo sostenible». Recuerda que «ya estamos cobrando la entrada cuando obligamos, en cierta temporada, a utilizar un medio de transporte concreto para subir», y añade una cuarta condición para aceptar una hipotética tasa para entrar en los Picos de Europa: «La población que está asentada en el territorio tendrá que tener un trato distinto».

A juicio de García, «la política tiene que ser integral. Dentro del conjunto, el factor humano es imprescindible, como se ha demostrado, es el que ha acondicionado el paisaje. Si se habla de la protección de las especies, cualquiera que esté un poco a salto entre la ciudad y la zona rural ve que es necesario proteger y facilitar las cosas a los ciudadanos de la zona rural».

Felipe López, del hotel Sotres, en Sotres de Cabrales, ve la propuesta «fatal». «Cobrar la entrada al parque sería como decir al turismo que se quede en casa. La gente tiene que pagar hasta por respirar», sostiene. En su opinión, esta medida sería perjudicial para el sector: «A los hoteleros nos daría un palo pero, bueno, ya tenemos problemas con las restricciones que hace parques nacionales, si se aprueba esto ya podemos cerrar, coger una escopeta e ir a atracar un banco».

Para este empresario, las restricciones de tráfico que se aplican para subir a los Lagos «en agosto nos hunden. Es el peor mes del año en los Picos de Europa; si ponen una tasa, ya es el acabose».

Afirma que él «no lo apoyaría de ninguna manera» y en el supuesto de que se cobrase una entrada y no se hicieran excepciones con la población, «sería el no va más. Si tienes que bajar y cada vez que subes y bajas te van a cobrar, vamos, lo veo un absurdo completamente. Es como si se ponen en la autovía de Gijón a Oviedo con una escopeta a atracar a la gente. Lo veo fatal, ni siquiera lo veo».
 

El Suroccidente tiene mucho sabor
Pepe RODRÍGUEZ lne.es el 03-01-2012, 10:23 (UTC)
 El grupo de desarrollo rural Fuentes del Narcea ha editado una guía titulada «El sabor de Fuentes del Narcea» que recoge el trabajo de quince empresas agroalimentarias del Suroccidente, empresas que tienen todas ellas una apuesta común: hacer de los sabores únicos de la comarca una forma de negocio.

El suroccidente de Asturias, la comarca de Fuentes del Narcea, siempre ha sido conocida por tener unos productos alimenticios propios de un enorme carácter. Fuertes, nobles y corresponsables, junto con la mano que siempre los cultivó y convirtió en alimentos, los agricultores y ganaderos, del paisaje de la zona. Con la llegada de la minería, estos sabores corrieron serio riesgo de desaparecer, pero hay esfuerzos que están intentando conseguir hacer de esta riqueza gastronómica una pequeña industria, una forma de vida.

La guía divide a las empresas en cuatro grupos. Están las bodegas del Vino de Calidad de Cangas: Antón Chicote, Chacón Buelta, Bodega del Narcea, Dominio del Urogallo, La Muriella, Monasterio de Corias y Obanca; las panaderías: Isclo, Manín, Penles, Xepe; los productores de miel y licores: Saladin, Montes de Ibias, Outurelos; y fábricas de embutidos como la de Santulaya.

Alberto Uría, de miel Outurelos, de Ibias, explica las peculiaridades que hacen especial estos sabores: «Son como los que comía con mi abuelo. La miel que hacemos es totalmente artesanal y no tiene nada que ver con la industrial. Sólo abrir un bote ya se llena toda la casa con el olor». Uría subraya que este trabajo artesanal es el que hace que el producto sea único y, a la vez, que el paisaje mantenga sus características únicas; en el caso de la miel, las abejas polinizan el brezo y los castaños, plantas y árboles de los que hace la miel Outurelos, y ayudan a que haya más alimento para los animales, por ejemplo.

De la misma forma, el trabajo de los viticultores como el popular Antonio Álvarez, «Antón Chicote», han sido los que han convertido la comarca en lo que es desde el punto de vista paisajístico. El Vino de Calidad de Cangas, a un paso burocrático de convertirse en Denominación de Origen, tiene un sabor peculiar, especial y hace que la vista del Suroccidente se salpique con viñas de alta montaña, empinadas y escalonadas, que ayudan a formar la esencia de la comarca.

El pan tradicional de las casas de aldea de Fuentes del Narcea se caracterizaba por una mezcla de cereales y una cocción en horno de leña que hacían de él un alimento de enorme personalidad. Eso mismo es lo que mueve a Higinio García, de Panadería Manín, a llevar sus hogazas por toda la comarca y también hasta Oviedo.

«En Oviedo se aprecia mucho que sea un pan diferente. Yo, de hecho, aún no he encontrado ningún sitio donde se haga así», explica. Se trata de un pan con una corteza contundente y una miga densa. García trabaja con las recetas tradicionales para hacer su pan, sus empanadas, que conservan el sabor de antaño.

Todas estas empresas, como pone de manifiesto la guía publicada, trabajan con los mejores ingredientes y con la forma de hacer las cosas de siempre para conservar los sabores más puros; pero también miran al futuro para hacer de ello una forma de vida, según destacan sus responsables.
 

Paloma López, la última de Genestoso
CANGAS DEL NARCEA, PEPE RODRIGUEZ el 05-12-2011, 12:40 (UTC)
 El queso de Genestoso tiene una justa fama de ser especial. Está hecho con leche de vaca, pero a su favor juegan dos hechos que lo hacen único: la altitud del pueblo de Genestoso, en Cangas del Narcea, a 1.200 metros, y las «pleitas» en las que se envuelve el producto durante su curación, lo que le concede unas características estrías. Pero este queso, de textura cremosa y un sabor muy particular que según los expertos es una de las joyas gastronómicas de Asturias, es hoy un producto al que sólo pueden llegar unos pocos paladares.
Sólo una casa del pueblo de Genestoso, Casa Ignacio, sigue con la tradicional producción de su queso. Es Paloma López García la que se encarga de seguir con la tradición familiar. «Seguimos haciéndolo como se hacía antes, de forma artesanal. Eso hace que tengamos poca producción y lo hacemos casi para los turistas, para alguna persona fija a la que le gusta mucho y para nosotros mismos», explica la productora. Paloma López lamenta que no haya más productores, pero, explica, «da mucho trabajo. Es muy diferente tener vacas de carne, que entre abril y noviembre pueden estar en las brañas y dan poco trabajo, que tener que ir todos los días al prado con ellas, ordeñarlas...».
Hace no tanto tiempo todas las casas del pueblo elaboraban queso, pero el cambio de estilo de vida también acabó con el producto. «La gente fue dejando de trabajar el campo. En su día era casi por supervivencia y hoy la gente mayor de las casas piensa que hacer queso es de pobres, de cuando era necesario ese plus económico para sobrevivir», dice esta productora. Paloma López defiende la recuperación de este queso, pero apunta que para ello «se necesitaría un impulso desde las administraciones públicas. No hago esto por dinero, aunque siempre viene bien un extra. Lo hago porque me gusta y no quiero que se pierda un sabor tan valioso».
 

El Narcea se descubre a los jóvenes
Pepe Rodríguez, lne.es el 08-11-2011, 12:33 (UTC)
 
Los alumnos de primero de Bachiller del Instituto de Cangas del Narcea pasaron la jornada de ayer en las riveras del río que da nombre a la villa y al concejo donde estudian. El objetivo fue que se dieran cuenta, de manera práctica, de la riqueza que atesora el Narcea en términos de biodiversidad, que se concienciaran sobre la importancia que tiene el cuidar el entorno natural y, por último, que aprendiesen a evaluar la calidad de las aguas.

Para ello contaron con la presencia de José María Díaz, del grupo ecologista cangués «Azor» (GECA). Díaz les enseñó a comprobar el nivel de PH, de oxígeno disuelto y de nitratos en las aguas del río. Los resultados fueron muy satisfactorios pues el agua baja limpia y sana.

La mañana la pasaron, como suele ser entre los adolescentes, atendiendo a ratos y entre risas y bromas el resto. Javier González, profesor de los alumnos, explicó: «Los conocimientos se pueden enseñar en cualquier parte, pero para enseñar valores vienen muy bien esta clase de actividades prácticas».

Estas salidas al río se enmarcan dentro de un proyecto de voluntariado en los ríos del Ministerio de Medio Ambiente y también se realizarán con el resto de colegios del concejo, incluidos los colegios rurales.
 

«Si sacan a la gente de sus tierras nadie mirará para ellas»
lne.es el 08-11-2011, 12:28 (UTC)
 En el pueblo cangués de Oballo opinan que para acabar con la amenaza de los incendios forestales es fundamental que la gente participe y se involucre. Se quejan de que no pueden explotar sus tierras, debido a las medidas restrictivas aplicadas por el parque natural de las Fuentes del Narcea, y, al no poder sacar un beneficio de ellas, se produce un desapego que termina en incendio. «Pero hablar de eso es utópico, porque estamos en una zona de protección especial y nunca nos van a dejar explotar el monte forestalmente. Siempre hubo madera y siempre se cortó, ahora no te dejan hacer nada y mira cómo está todo», señala Antonio Fernández. Y se le suman sus compañeros: «Hacerlo de manera razonada y técnica, que dijeran los técnicos qué se puede hacer y qué no. Esto debería poder explotarse, porque si no el monte se llena de maleza, a nadie le importa nada lo que allí pase y, tarde o temprano, arderá todo». Elías Rodríguez, que es ganadero, aporta una idea muy similar: «El que no saca ningún beneficio ni se ve involucrado acaba por no tener interés ninguno en el monte, y le da igual que queme que no. Somos nosotros los que siempre lo hemos protegido y cuidado, si sacan a la gente de las tierras nadie mirará para ellas». Estos vecinos ponen ejemplos de pueblos vecinos, «mira en Valcabo o en El Pládano, que pueden sacar dinero del monte, ahí están todos, 30 paisanos peleando contra el fuego con los medios que sean cuando pasa algo». Facundo es negativo: «Porque pasa lo que decíamos antes del aprovechamiento. Aquí en Oballo es cuestión de tiempo que pase algo. Somos los siguientes después del Coto o Valledor».

Otra de las soluciones, apunta Manuel Carlos Martínez, podría ser el biocombustible. «Yo sí creo que si viene una empresa y empieza a hacerse cargo de esa maleza para biocombustible pues todo estaría más limpio y se aprovecharía el terreno». Aunque Elías insiste: «Eso y que la ganadería siguiera usando el terreno, que es lo que le da la pinta y no hay mejor protección que ésa».

Pero, como conclusión, todos ellos asienten convencidos de los dos aspectos clave que pueden hacer, a su juicio, que no se ejecute la sentencia de fuego que creen pende sobre los montes de la zona: limpiar caminos, pistas y crear cortafuegos, e implicar con actividad económica a los terrenos y los vecinos del pueblo. Ambas, muy complicadas, por pertenecer a un parque natural, concluyen.

José Sierra y Valentina Bustelo son los dos únicos habitantes del pueblo de Brañanova, que es uno de los más altos del municipio de Villanueva de Oscos. Les separan de la capital del concejo unos diez kilómetros de monte, con lo que el riesgo de incendio es uno de sus principales enemigos. Pese a todo, y salvo pequeños conatos, no recuerdan ninguna gran quema en la zona.

Sierra, que es guarda de coto, conoce a la perfección el territorio y por eso reclama más cortafuegos para prevenir el avance de las llamas en caso de incendio. Asegura que todo el monte en Villanueva está en manos de propietarios particulares que cuidan su terreno en la medida de lo posible y pese a las restricciones: «Deberían darse más facilidades a los propietarios para desbrozar los montes, que la Administración no ponga tantas trabas».

Dice Sierra, que forma parte del equipo de gobierno municipal del PSOE, que el Ayuntamiento limpia las pistas, pero «no es suficiente». No obstante, reconoce, que «hace lo que puede con los medios que tiene».

Su mujer asegura que vivió el incendio del Valledor con miedo a que un día les toque padecer algo similar. Sierra la tranquiliza: «No hay comparación con lo sucedido en Allande. No es nada parecido, porque esto es mucho más llano, allí es muy pendiente y de difícil acceso, lo que complica más la extinción». Aun así, el parque de Bomberos más cercano está en Barres (Castropol), a unos cuarenta y cinco kilómetros.

El regidor de Villanueva, José Antonio González Braña, muestra su solidaridad con los vecinos del Valledor y reconoce que la situación que vivieron hubiese sido límite para cualquier terreno: «En una situación tan alarmante, con mucho viento y tanta sequía, un incendio es siempre catastrófico». Explica, no obstante, que en su concejo llevan años luchando para estar bien preparados: «Tenemos un equipo móvil de primera intervención, una autobomba, desbrozadores, un equipo de voluntarios y desde hace años trabajamos abriendo cortafuegos y limpiando el monte. También ayuda la labor social de los propietarios, que lo mantienen cuidado».

Otro factor fundamental a la hora de evitar incendios es la agricultura, como insisten Sierra y su mujer. «Cuando los pueblos están habitados, están cuidadas las praderas de alrededor y eso hace difícil el avance de las llamas. Es importante mantener la ganadería y la agricultura», explican. Desde su casa, protegida por la sierra de Grallas y el monte del Piqueiro, en la falda de la sierra de la Bobia, sobreviven al abandono del medio rural.
Según indica Jaime Izquierdo, experto en desarrollo rural, el Valledor representa lo que ocurre cuando «lo bravo» -en este caso el matorral y la vegetación descontrolada- se apodera de lo «manso», el paisaje rural asturiano, un entorno modelado a través de los siglos por campesinos y ganaderos que practicaron esa «economía estética» de la que hablaba Valentín Andrés en su magistral «Guía espiritual de Asturias». Una actividad que era, al mismo tiempo, «decorativa», pues moldeaba el paisaje, pero también era «económica», ya que optimizaba y gestionaba los recursos de manera racional. Los hacía «sostenibles», como ahora se dice.
 

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